No es que esto me agobie. Nada de eso. La publicidad "L'envol" de Air France (cf. en este blog "Aire de Francia"), por ejemplo, me reconfortó y reconforta sobremanera. En cambio otras...
Les muestro la pauta que quiero comentar en esta vuelta.
Tengo la leve impresión de que este aviso viene con un mensaje por partida doble, o con un doble mensaje, o quizás con un toque de contradicción, o.
Son tantas las cosas que me chocan que no sé por cuál empezar. A por la falsedad del fulano, Carlos de nombre que me honra y ensalza cual estropajo estercolero.
En todo el día, "Carlitos" no hace nada más que mentirle a su esposa. Es decir, ser falso es un valor bien ponderado aquí. No podía esperarse menos de esta propaganda tan subliminal y expresamente retorcida. Digo esto para que algún lector distraído no crea que soy vehemente o contundente. ¡Para nada!
Un aspecto menos explícito es que en esa oficina nadie trabaja. Pueden estupidizarse hasta el hartazgo que nadie se inmuta; holgar es la onda. Una nueva defraudación, en este caso a la Empresa. De rebote, sacuden cerveza a troche y moche, a riestra y siniestra; ésta cae sobre trajes, camisas, blusas... ¡todas prendas descartables al toque! Sin hacer referencia alguna a los escritorios, trabajos, computadoras, etc. Me parece que el despilfarro no tiene ni la más mínima trascendencia.
Un detalle que me recopó fue la lluvia de papelitos plateados. ¡Tan navideño!
Intermezzo semántico por si las moscas:
holgar.
Aunque nadie lo crea, de este inmarcesible verbo deriva una palabra de amable uso cotidiano: HUELGA.
Otro aspecto fantástico es el del gimnasio. Quizás los que allí se encuentran no hagan rutinas de ejercicio formal, ¡pero no se puede decir que están quietitos! ¡Menos mal!
El toque final: Carlitos, el marido confiable, portando flores desde su atildado atuendo.
Casi me olvido de comentar que esta publicidad no tiene ni un mínimo resabio de machista. La sagaz mujer que relata el aviso es tan o menos superdotada que un ladrillo hueco.
Me alegra afirmar que este matrimonio, pareja o rejunte, es de dos personas infrahumanas, superlativamente taradas congénitas que los arteros publicistas nos muestran como divertido paradigma. Tanta torpeza burda aquieta mi ánimo atribulado.
Destaco el siguiente detalle: le pregunté a algunos conocidos qué les había parecido esta propaganda. Me respondieron que era muy graciosa. ¡¡ ?? !!
Brindo por esto con esta inolvidable cerveza apocalípticamente discreta que no tiene ni siquiera una gota de alcohol. ¿Qué efecto produciría si lo tuviera?
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COMPLEMENTO:
Encontré, al acaso y al ocaso, una foto coherente con este artículo. Si quieren, puede observarla con cierto detenimiento.
Me parece muy tiernito
ver esos dos autitos estacionados tan juntitos
en sentido opuestito
en un mismo carrilito.
Mis queridos, echen una ojeada al blog Quelle finesse! Me inspiró y me sigue inspirando.
ResponderBorrarCon respecto a las publicidades, creo que el mejor calificativo es de PERVERSAS. No creo que sólo sean tontas o degradantes. Y aquellos que las hacen, tienen una responsabilidad enorme, de la que no son quizás totalmente conscientes, pero lo son igual. La falta de consciencia relativa a un acto, no suprime el acto. Pienso que desde el punto de vista filosófico y espiritual, la responsabilidad está ahí, con o sin consciencia.
Es muy importante que lo publiques, Charly. Aunque una sola persona reaccione, ya será algo muy positivo.
Un abrazo.