lunes, 14 de noviembre de 2011

El Show quería seguir...

Casa Rosada - Patio de las Palmeras
1999. Menem quería seguir siendo presidente ad-infinitum. Esto no afectaba en lo más mínimo a nadie de la farándula. A mí, no me inmutaba ni un solo pelo. Es más, aunque no se pudiera concretar, este deseo me parecía muy comprensible: tenía de todo, y más. Sus amigas y amigos iban a jugar, sin la más mínima restricción, a las escondidas, la popa, la mancha, las bolitas, y más. Creo que hasta tenía una amiga chilena, pero no estoy del todo seguro.¡Sólo Él podía ambicionarlo!

Lo mejor para la consecución de este elevado fin, es la monarquía. Recuperado de la picadura de la avispa, me lo imagino Rey: hierático, joven, delgado, buen mozo, deportista, altivo, prodigando su benevolencia, como así también su malevolencia, por doquier y por no doquier.

Jorge L. Borges
Cuento que, por temporadas, en mi tiempo libre tengo rachas de lectura, de mirar televisión, de escuchar música, o de escribir. Por ejemplo, en estos últimos años, he abandonado la lectura no laboral. Se me ha dado por escribir. ¡Qué paradójico, para escribir tengo que leer! Dudo de lo que pienso y digo.

Durante los años '90, se me había dado por la lectura. Tozudamente me empeciné en leer las casi setenta novelas que Borges no escribió. Fue un esfuerzo descomunal. Imaginar, para después leer, una novela completa, y deglutirla como un café al paso, puede resultar una tarea tan agotadora de la cual uno se recupera sólo con Chofitol untable.

Por lo mismo, en mi nublada mente cansada, no se me producían razonamientos acordes a la creciente información de que era necesario interpretar la parte de la Constitución Nacional, ordenada, decretada y establecida en 1994, en lo relativo a la re-reelección presidencial.

Casa Rosada
Frente a la Plaza de Mayo
A Carlos Saúl se le estaba agotando el mandato, y requería que se prolongara de cualquier manera. Cada vez eran más las voces que apoyaban la iniciativa de la interpretación: Ministros de la Corte Suprema de Justicia, Miembros del Gabinete Nacional, juristas, kiosqueros, abogados de orientación constitucional, panaderos, empresarios multinacionales, etc.

Empecé a dudar, no sólo de mis conocimientos, sino también de mi sano juicio. ¿Podría estar dándose el vaticinio de mi Tío, que preconizaba: "Coma mierda, tantas moscas... ¡no puede estar equivocadas!"?

Mi consternación y espanto me impulsaron a pedirle a una de mis sobrinas un ejemplar impreso de la nueva Constitución.

Leí el Art. 90.- El presidente y vicepresidente duran en sus funciones el término de cuatro años y podrán ser reelegidos o sucederse recíprocamente por un solo período consecutivo. Si han sido reelectos o se han sucedido recíprocamente, no pueden ser elegidos para ninguno de ambos cargos, sino con el intervalo de un período.


Resulta obvio que leer el párrafo precedente no insume un tiempo prolongado en décadas. De aquí, pasé a las Disposiciones transitorias.

Releí la Novena: El mandato del Presidente en ejercicio al momento de sancionarse esta reforma, deberá ser considerado como primer período (corresponde al art. 90).


Me retornó el alma al cuerpo, que se había ido con Manuelita a París para ver si se reponía de tanto barullo y confusión cual miasma de pantano empalagado.

Corolario: no hubo interpretación alguna, y todos los que habían dicho algo a favor, cerraron sus bocas y, mirando para otro lado, se fueron yendo por la tangente no presidenciable.

Conclusión: Fernando de la Rúa, presidente. ¡Se va'cabar! ¡Se va'cabar! ...

1 comentario:

  1. Qué parecido está todo!!!!!, aunque ahora no hay duda, estamos en una monarquía.

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