lunes, 12 de noviembre de 2012

¿Y por qué no mescalina?

Esta propaganda me provocó un gran interrogante que me mantiene insomne desde hace siglos, boquiabierto como un pez agonizante fuera del agua, como cucaracha que pasea por las mesadas del vecindario, como viento acanalado de los visigodos, sin olvidar las galletitas de agua.

Somos adultos. De tan adultos, adúlteros. De tan infieles, consumistas. Con las tarjetas de crédito, elefantes por los bazares. De tan mámiferos, dudo si somos aristotélicos, por eso del animal racional. ¿Y...?


Me parece que no entiendo esta propuesta ingenua, pedestre y atrabiliaria.

A la joven costurerita, esta bebida le altera los sentidos tan sólo por unas pocas fracciones de segundo, fugaces, espontáneas, y ve lo que no es.

Mescalina
Se me ocurre pensar: ¿no serán mucho más prácticos otros alucinógenos, tales como la mescalina, el LSD (o inmemorable ácido lisérgico), algunos hongos que andan por ahí, la belladona, la mandrágora, la sal de cocina o el puloil?

No lo sé por experiencia directa, pero por lo que he oído y leído, estas simpáticas y dicharacheras substancias producen alteraciones profundas y de duración cautelosa, esto es, son alucinaciones de primer nivel que permiten experimentar todas las cosas de manera deformada, distorsionada, vigente, enhiesta. Si el muchacho medio soso se convierte en un galán momentáneo, ahora se podría decir que se transforma en sempiterna belleza.

¿LS... QUÉ?
Y para escapar de la realidad, aconsejo materias étereas, compacta delicia de todo y de nada. O la ciudad fantasma, escape singular hacia la nada satisfecha e inmobiliaria, peregrina constante de la búsqueda antigua.

También se puede optar por ir a ningún lugar. O leer de consuno y sin respirar las letras de las canciones de Los Beatles y de Roger Waters.

Como alternativa final, quizás más al alcance de la cartera de la dama y del bolsillo del caballero, puedan probarse los citrus que, como indica este comercial, con su pasión ardiente, alteran los sentidos de las personas, aunque sea tan, tan fugazmente cual papirola piramidal, pero con atisbos excelsos.

Otra cosa que se me ocurre preguntarme: ¿y si la chica se hubiese tomado toda la botellita de un saque, el muchacho habría sido el de la foto aquí inducida dolosa y pérfidamente?

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4 comentarios:

  1. GRacias por las felicidades !!!, se te retribuyen !!!.
    Me habré vuelto más tonta que nunca? pero se me escapa el profundo sentido de la propaganda...no sé porqué creo que no tiene ningún sentido,... Así el posmoderno sinsentido se vuelve inteligible (!!) Ya está, lo he dicho. Y así se sabe que no he dicho nada, queda claro?

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    1. Me pregunto cavilando a lo Santiago: ¿no percibiste cómo, mientras la chica bebe educadamente del pico de la botella, el muchachito se transforma en un tipo con facha, para volver a ser el mismo flacucho desgarbado y chicato que era cuando Ella deja de beber?
      No obstante, es mejor escribir sin decir nada sobre el actual proceso electoral en China.
      Y, de este modo absoluto, ¡ser felices!

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  2. Muy poético, me gusta. Creo que buscás hacer una burla del producto, de su exageración. ¿Es así?

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    1. En efecto efectivo, le tomo el pelo a la propaganda, pero no por exagerada, sino por seguir creando, junto con otras, un mundo falso de ilusiones, alucinaciones, acertijos y maracas.
      Todo esto, como si fuera algo bueno, positivo.

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