¡Ah, Méjico! ¡Ay, Argentina! ¿Mal de muchos?

A veces tengo malas ideas; a veces, peores ideas; otras veces, ¡pésimas ideas!

Edgardo A. Buscaglia

Por ejemplo, ¿a quién se le ocurre mirar, por televisión, una entrevista a Edgardo Buscaglia? ¿Quizás a mí? ¡Claro, soy capaz de mirar cualquier cosa y después tengo que atenerme a las mareantes consecuencias!

Este buen hombre, nacido en Méjico el 25 de Noviembre de 1960, vive en Estados Unidos. Allí estudió un toco y tiene diversos grados académicos.

Parece ser que es un tipo al que se le dio por investigar, entre otras tantas cosas políticas y económicas,  las relaciones de los políticos, gente poderosa y los narcotraficantes (o líderes del Crimen Organizado, que es mucho más elegante).

¿No es fantástico? A mí me subyugó, por el lado de lo contrario o del absurdo, todo lo que dijo al respecto.

En esta entrevista concreta, a modo de introducción al libro que acaba de publicar, se refirió a Méjico en forma exclusiva.

Obviamente, no tengo ni la más remota idea de la veracidad de todas las cosas que dijo. No obstante, les aviso, Chicos, que fueron como para horrorizar a la momia de Tutankamón y a las de todos sus amigos que siguen yirando por Gizeh, sus alrededores y el Museo Británico, de feliz memoria.

Los "Vacíos de Poder" que menciona el título, son aquéllos que el Estado deja por la sencilla razón de no ocuparse de un montón de cosas de las que tendría que hacerse cargo. Es claro que estos espacios vacíos son ocupados de inmediato por el primero con poder que llegue, venga de donde venga.

¿Puede que esto les haga resonar algo en su interior y que, en vez de relacionarse con Méjico, tenga un cierto parentesco con lo que nos sucede?

Me impactó mucho no sólo todo lo que dijo sobre la corrupción y sus tentáculos, sino también la forma en que lo dijo.

Tuve una tremenda e impresionante impresión de estar escuchando a algún dirigente o a un analista argentino hablando sobre todas estas cosas espléndidas que están sucediéndonos.

¿SERÁ QUE NO HAY NADA NUEVO BAJO EL SOL?

Mencionó los conflictos y asechanzas entre los Poderes de la República. La falta de una legislación adecuada. La negación de los funcionarios de declarar sus bienes personales, cuánto valen, de dónde los sacaron, etc. La impunidad. Las crisis de inseguridad y de violencia extrema. La economía formal plutócrata que hace un fenomenal caldo de cultivo para que las empresas criminales se apoderen de los ciudadanos de menos recursos. Etcétera.

Pese a todo, dijo algunas cosas que todavía no suceden por aquí. Por ejemplo,
algunas cuestiones referidas a los indígenas.

Como un perro se sacude para quitarse el agua cuando está mojado, en vano intento me sacudí convulsivamente al terminar la entrevista para ver de quitarme el dolor y la desesperanza que sentía. Fue inútil.

Me vine a la computadora y comencé la redacción de este artículo, tan maloliente como un estercolero de país resplandeciente del Primer Mundo.

Sin dudas, los mejicanos están llevándonos la delantera por varios cuerpos.

¿Este penoso hecho me produce algún consuelo? ¡No, claro que no! ¡¡ NI AHÍ !!

En mi reciente artículo "Templo a La Locura" (publicado el 16/12/13), me referí más que expresamente a la historia de Caín y Abel.

Siento que los seres humanos nos repetimos desde tiempos inmemoriales, sin aprender nada de nada, que la experiencia resulta fútil, que no es una experiencia cierta y/o verdadera.

ADVERTENCIA PÓSTUMA:

La frase que antecede no se aplica a todas las personas. Hay muchas personas buenas y valiosas que sí han podido trascender la torpeza de la especie.

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