Prefiero que me digan tarado

A veces me parece que Juani está más loco que yo. ¿Lo recuerdan? Juani, el que tanto me joroba con las citas en latín. ¡Pura envidia! Si lo viesen, no lo reconocerían de lo verde que está.

Pero sí les digo, Juani, alias Juan Ignacio Sepúlveda. ¡Ah, ahora tampoco lo recuerdan! ¡Más vale así y, quizás, que en el cuerpo sea!

Así como Rolando oportunamente me recomendara la propaganda de la bebida cola, multinacional y multipopular, este chirulo me recomendó la publicidad que pongo más abajo, para que la comente en este blog emérito e inconsolable.

Tanto insistió que al fin la miré. En ese momento, tuve el trigésimo séptimo infarto agudo de miocardio y, para colmo, otitis.

Para recuperarme, tomé un helado tradicional de dos bochas, vainilla y chocolate, en un cucurucho tan descartable que me lo comí. Recuperación instantánea.

Como para escribir tonterías me basto y sobro, mejor será que vean esta pauta publicitaria, comercial, aviso, propaganda y/o como prefieran llamarla.

Decí no a lo establecido, decí no al conformismo.

Decí no a ser uno más. Sé único.

Citroën DS4. Elegir cobra sentido.

Citroën. Creative Technologie.

Por las dudas, de antemano recurro al Dic. de la Real A.

único, ca.

(Del lat. unĭcus).

1. adj. Solo y sin otro de su especie.

2. adj. singular (‖ extraordinario, excelente).

¡Casi sublime! No, no, me rectifico, cambio y fuera. ¡Casi subliminal la primera tierna escena de los borregos!

Dura fracciones de y casi ni se los oye en sus balidos inocuos...

Y la propaganda discurre, sencilla y doméstica, en un "sí" sostenuto hasta ese "no" rotundo cual sorpresita alhajera que te lleva directo a ningún lugar.

¿AMOR?  ¿DINERO?  ¿PODER?

 ¿Cuántas veces dijiste "sí"?

Y se nos arriman las meritorias frases finales.

En mi humilde opinión (no repito que de humilde no tiene nada porque ya lo dije un montón de veces), esta publicidad es en exceso embustera, ladina, artera y perversa. Esto último, porque además está muy bien hecha.

De entrada, te dicen que sos un tarado y dócil cordero que va al matadero. Después, te muestran cuán tarado fuiste hasta ahora asintiendo con absurda abnegación a todas las propuestas del entorno, para hacerte creer luego que podés ser genialmente único y decidir por vos mismo cuál Citroën DS4 tenés que comprar porque están ordenándotelo. Quizás puedas elegir el color, ¡nunca se sabe!

Insisto, está muy bien hecha. La súper falsa propuesta es:

¡SÉ LIBRE! ¡DEJÁ LA MANADA! ¡SÉ ÚNICO!

En lo que a mí respecta, me enferma hasta la Unidad Coronaria que supongan de mí cosas que no son. Por ejemplo, son más las veces que dije "no" a las que dije "sí". Bueno, no me fue brutal pero ése es otro asunto, que guarda lejana relación con mis negativas.

Esto de ser único es más dudoso que el pan casero vendido al paso en pleno centro. Copié la definición ex profeso: se me hace que es casi del todo imposible ser solo y sin otro de mi especie, habida cuenta de que no soy una especie, sino uno más dentro de la humana especie (dieciochesco).

La maravillosa pauta publicitaria que estoy comentando, apela a nuestro inmortal orgullo (sinónimo de taradez completa y acabada), para que nos sintamos excepcionalmente singulares, extraordinarios y excelentes.

Si no prestás atención, en una de ésas sentís el halago de serpiente que este aviso susurra al oído de tu inconsciente. Y, si está al alcance del bolsillo del caballero o a la cartera de la dama, terminás empeñándote hasta el olvido en créditos interminables para comprarte este auto que, no lo discuto, es muy probable que sea bueno.

ELEGIR COBRA SENTIDO.

¿Para quién? Obvio, para Citroën, que escoge por vos y por cuantos únicos tenga a su alcance para ensartarlos con este automobile fait avec technologie créative.

Prefiero, sin ninguna duda, que me digan tarado directamente, sin recovecos ni cubiertos, en vez de dar tantas disimuladas y elegantes vueltas para acabar en lo mismo. Es una superlativa tomadura de pelo.

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