viernes, 29 de noviembre de 2013

Verdá Verdadera





EL ALCOHOL NO RESUELVE LOS PROBLEMAS.

PERO LA LECHE...  ¡¡ TAMPOCO !!


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sábado, 23 de noviembre de 2013

Estupidizante

Todavía me cuesta creer que siga habiendo propagandas que se basan fundamentalmente en la estupidez.

Y peor aquéllas que propenden a que los televidentes se estupidicen cada vez más, hasta el hartazgo del sapo cancionero y/o de la luz de bajo consumo.

El estúpido del marido hace deducciones tan agudas que son esencialmente estúpidas.




La madre, tremendamente endulzada por los préstamos de esta filantrópica entidad financiera, ha quedado tan, pero tan estúpida, que accede estúpidamente al capricho de su hijita estúpida.

Y si la propaganda pretende ser graciosa, es algo así como el monumento al chiste estúpido.

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lunes, 18 de noviembre de 2013

¿Cómo será?

La propaganda de carteles por la calle también tiene un gran encanto. Y, porqué no, me producen ese cosquilleo cerebral que tanto, pero tanto me gusta, me complace y me empalaga.

Salgo a caminar por la cintura cósmica del Sur... no, esto no, es la letra de una canción.


Salgo a caminar por las calles ciudadanas, comunes y corrientes de la gente de a pie y... ¿qué me encuentro?

Vuelvo a preguntar:

¿Qué me encuentro?

 ¡Un bello cartel que me atestigua! ¡Fíjense, si no!




Apenas lo vi, ¡me divorcié! No sólo eso, también me elevé hasta el Séptimo Cielo, pletórico de desconciertos y arbitrariedades, como en Fuenteovejuna, todos a una o a ninguna.

Por favor, reflexionad un poco, un poquito, aunque más no sea una pizca.

¿Os imagináis la múltiple felicidad carnavalera que puede producir una minilata para disfrutar así, en grande?

Disculpadme, mi pueblo y mi público, mi deber me conlleva a repetir y volver a mostrar:

¡convenceos!



¡Ah, qué débil soy para resistir tentaciones de alta gama y bajo consumo!

Me siento estimulado como para escribir la novela: El milagro de la gaseosa

Trataré en ella de desentrañar cómo una pequeña lata (o minilata) de Coca-Cola nos hace disfrutar en grande.

¡Es maravilloso que tan sólo 250mL de bebida espumante sin alcohol logren estos efectos caleidoscópicos!

¡La ansiedad me acecha por doquier! Casi casi que no puedo esperar la solución de este misterio misterioso.

Si 250mL se disfrutan EN GRANDE...




¿cómo se disfrutarán, un decir, 250 L?
¿Se disfrutarán a lo grandísimo?

¿A un estilo Goliat, Cíclope, Coloso de Rodas o Monumento a la Bandera?

O, siguiendo la lógica pausada y pautada, contundente y carcelaria, de la publicidad, ¿se disfrutarán

EN CHICO?


Se me cae encima el saber popular que mi abuela, la refranera, manejaba tan bien, como al dedillo al anillo:

EL PERFUME VIENE EN FRASCO CHICO.

Una vez, en mi rebelde adolescencia, osé responder:

El veneno también.

En ese mismo instante, se tronchó mi vida terrenal, que prometía estar re-buena en cantidá y en calidá.

Los saludo de Ultratumba hasta un próximo encuentro parapsicológico.

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