lunes, 29 de agosto de 2011

NO + SÍ = NI

ADVERTENCIA: Esta entrada no tiene absolutamente nada que ver con las personas heterosexuales, homosexuales, bisexuales, transexuales, transvestidas u otras.

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¿Copa o perfiles?
Aclaro que mi intención es tratar, bajo un aspecto concreto, la perversa ambigüedad, cuando no se sabe qué es qué, o se dice una cosa por otra.

Hace muchos años atrás, hablando sobre publicidad, le dije a mi hermana que yo prefería la pornografía. Casi la mato del susto. ¡Cómo para no!

Me miró con desconcierto de ballena en la Puna. Me apiadé y aclaré lo que había dicho añadiendo que, ante imágenes confusas, la pornografía es mejor porque no hay dudas sobre las fotos o dibujos que puedan llegar a verse desde la lejanía o de la cercanía, no es éste el punto. Con esta aclaración, mi hermana entendió y compartió la idea.

Tras que éramos pocos, ahora se habla con total confusión sobre la orientación sexual en el mundo del espectáculo, sobre todo en actores y cantantes masculinos, solteros, sin apuro, o como les salga vivir.

De esta manera, me ha sucedido, por ej., ver una película. Ahí veo a un actor por primera vez. Alcanzo a enterarme de su nombre. Entro en Google para curiosear sobre sus datos personales. Aparecen entonces, como brotes de moho por la humedad, cuestionamientos si el fulano será hétero, u homo, o célibe, o traumado, o.
Suponiendo que el mencionado fulano se entere de esto, ¿tendría que salir a aclarar su situación personal sobre ese tema?
¿A quién le compete juzgar sobre este aspecto del individuo? En mi opinión, ¡¡ ni medio pepino a nadie !!

Otro medio confuso son las letras de varias canciones. Jason Mraz, por mencionar alguno, escribió una canción cuyo título es Butterfly. Además de ser levemente grosera, habla de la chica a la que ama mencionándola como hermana. Nadie puede alegar que no se percató de lo que estaba escribiendo.

¿Por qué están ocurriendo estas cuestiones? ¿Habrán sucedido también en otras épocas de la humanidad? ¿De qué sexo era la Gioconda, hombre o mujer? ¿O un autorretrato "disimulado y confuso" del propio Leonardo?

¿O será la condición humana de por sí tan desorientada como para llegar a esto?

Dudo mucho sobre la ética comercial, publicitaria, consumista, pastoril o serrana.
¿Podrá ser, en muchos casos, una forma más de seguir embarullando al ser humano común y corriente para que piense cada vez con mayor confusión y llegue a conclusiones extraplanetarias sin darse cuenta?

No viví en el Renacimiento como para saber qué onda en esos tiempos. En cambio, sí estoy viviendo en estos tiempos, y tampoco sé qué onda es la actual.

Algo temeraria fue la campaña sobre el SIDA que se difundió por las calles en el 2007, bajo el lema: Son más las cosas que NO transmiten VIH/SIDA que las que Sí.

Hubo muchos carteles que trataban diferentes tópicos; por ej., que hay que usar jeringas descartables, que tomar mate no trasmite SIDA, una transfusión de sangre tampoco, etc.
Salvedad para la transfusión: si el donante no lo tiene.

Un cartel muy curioso y controvertido por todo lo alto y/o por todo lo bajo, fue el del "abrazo" que tampoco transmite SIDA.

O yo veo mal, cosa cierta porque tengo astigmatismo, miopía y presbicia, o lo que el afiche muestra no es justo justo un abrazo; bueno, sí, es un abrazo que estaría siendo trascendido por otro acto humano, o sea, que más bien tiende a ser un beso, tierno, cariñoso, enciclopédico, de respiración boca a boca, pero beso al fin. Al menos, daría esa impresión.

Cuento, ya que estoy con los dedos sobre el teclado, que trato de manejarme con la mayor precaución posible, e intentando con más ahínco no llevarle el apunte a la orientación sexual de las personas ya que, en principio o en definitiva, no afectan el desarrollo de mi vida personal.
Si, en cambio, perjudican a otro, ahí analizaré lo mejor que pueda cuál deberá ser mi comportamiento.

Por último, nunca dejo de analizar lo que veo para que, si la cuestión es ambigua en cualquier índole, pueda mostrarle esa ambigüedad a quien tenga a mano y quiera escucharme.

viernes, 26 de agosto de 2011

El Silencio de los Inocentes




La asociación es requete macabra cada vez que lo escucho decir: "A mí me gusta la piel de la mujer".

Años atrás, era una propaganda impresa, colocada en farmacias y perfumerías; ahora la han hecho filmada y la pasan por televisión con bastante frecuencia.

Quiero destacar, del spot que acabás de ver, la convicción con que el actor dice su larguísimo parlamento; es casi calcada a como yo diría en medio del escenario del Teatro Colón: "A mí me gusta el fútbol", cosa que sólo me interesa, desde hace muy poco, para hacerle bromas a un amigo.

Además, ¡me retuerce los panqueques de la rotisería! Ya sé, siempre me equivoco, este comercial no tiene ni una pizca de machista, ¡lo es en su totalidad!

Desconozco porqué me meto en camisa de once, doce o múltiples varas. El machismo cayó en decadencia cuando Noé bajó del Arca, muy contento de que la lluvia hubiese lavado los patios de su casa.

"MUJER CON PIEL"
Vitral - París - 1903
Como Aristóteles, tampoco soy judío ni sé hebreo. Me perdí la historia del Diluvio y no me enteré de que, al botecito, subieron una paraje armónica de cada especie; durante los cuarenta días y cuarenta noches, solucionaron las pocas diferencias que todavía les quedaban y, al pisar tierra firme, ya estaba todo regio.

Nunca, pero nunca más, hubo discusiones por cuestiones de sexo, géneros variados, telas al por mayor, retazos, ni nada de eso. De haber guerras, las únicas que seguirían desbaratando nuestro aterrado planeta, serían solamente por cuestiones económicas.

A tal punto el ser humano se ha superado en muchas áreas, que tampoco hay problemas de racismo ni clasismo: burgueses, negros, ricos, judíos, árabes, villeros, arios, aborígenes, esquimales, blancuzcos, pobres, amarillos, rojos, todos vivimos en completa armonía, paz, serenidad... ¿tuve una alucinación o qué?

Sin embargo (otra forma disimulada para decir "pero"), si a alguien le gusta "la piel de la mujer", se deduce, con precisión caníbal, que es eso sólo lo que le gusta, ¡y nada más!

Ya me lo veo con un escalpelo (una gillette sería demasiado burda) despellejando a la mujer cuya piel le gusta, con la paciencia infinita que caracteriza al coleccionista de la más excelsa afición.


En su modesta morada, tiene una fantástica colección de pieles, acondicionadas de manera tal que no se echen a perder. ¡Sería una pena después de tanta tarea de filigrana!

¿Y la asociación macabra? Sin hacer elucubraciones sobre la traducción de los títulos de películas y libros, cuento que, en "El Silencio de los Inocentes", Clarice Sterling (Jodie Foster), con la ayuda de Hannibal Lecter (Anthony Hopkins), durante su larga charla con el criminal preso, soluciona su problema personal y descubre al asesino serial que mata mujeres desollándolas.

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miércoles, 24 de agosto de 2011

¿El hábito hace, o no, al monje?


ADVERTENCIA: El video que está a continuación dura 6 minutos y unos segundos. Es tan importante verlo y leerlo que, si no disponés del tiempo necesario, te sugiero que entres en otro momento, cuando realmente puedas dedicarle la atención que se merece.

Para aquéllos que tengan dificultad en leer el texto del video, se puede hacer click en las cuatro flechitas que hay abajo, a la derecha. El video pasa al modo de pantalla completa. La imagen pierda cierta nitidez, pero el texto se ve mejor. Apretando Esc, se vuelve al modo normal de pantalla.

Entre la pregunta que puse de título y lo que el video plantea, a mí no me queda nada más que agregar, excepto una frase de George Harrison, en el primer trabajo que publicó después de la separación de Los Beatles:

"EL SILENCIO, A MENUDO, DICE MUCHO MÁS QUE TRATAR DE DECIR LO QUE SE HA DICHO ANTES."

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ADIÓS
FAREWELL
A BIENTÔT
ARRIVEDERCI
¡ CHAU !





lunes, 22 de agosto de 2011

Lógica ilógica

¡Ser o no ser, ésa es la cuestión!, repetía William desde Stratford-Upon-Avon. Sin lugar a dudas, este antiguo amigo estaba refiriéndose a las cosas más trascendentales del ser humano:
la Vida y la Muerte.

Yo, en cambio, me quedo mucho más abajo. Si se establece una relación comparativa con los planteos del Shakespeare, lo mío puede considerarse una banalidad de plástico importada de Taiwán para distraer a los niños traviesos o malcriados.
Empero, opino que lo que deseo comentar es más serio de lo que parece.


Por estos días, están pasando por televisión unas propagandas de una empresa de telefonía celular.

La primera que vi, es la que se muestra en el video que logré transferir desde el excelente servicio, herramienta o lo que sea, conocido como YouTube, del Grupo Google;
el mismo artilugio que utilicé para poner una entrevista controversial en otra entrada, y que seguiré usando cuantas veces lo necesite.

De esta propaganda, quiero resaltar la eminente, paradigmática, carioca, y muy bien lograda frase que aparece cruzando la pantalla: "La falsa humildad también es humildad". Como no hay una voz en off que la lea, ni nadie dice nada, se podría decir que, para el televidente que no está prestando mucha atención, esta frase tiene características de subliminal.

¿Alguien se atrevería a ponerle una mala nota a esta frase admirable? ¿Quizás quieran hacernos pensar que resulta un tanto confusa porque tergiversa algún concepto o denigra algún valor?
No, mi pueblo y mi público, ¡nada de eso!
Muy por el contrario, nos muestra una realidad superior, abarcativa e incluyente. Ahora no sólo la verdadera humildad es humildad, ¡también lo es la falsa!

¡Fantástico!, se mantienen intactas las perversas herramientas que  retuercen cualquier atisbo de lógica para ahogarlo en la Laguna Negra.
Este enfoque es tan útil, práctico y maleable que resulta apto para la cartera de la dama o el bolsillo del caballero.

De esta manera, todos podremos decir: "Lo de adentro también es lo de afuera", "Las grandes maravillas también son las grandes desgracias", "El oro también es barro", "La vida también es muerte", y así, así, hasta el hartazgo o el hipo.


domingo, 21 de agosto de 2011

¡¡ ÚLTIMO MOMENTO !!

Señoras, señores:

Me complace enormemente comunicarles que el Concurso Internacional Sugus "Conmigo-Sinmigo" ha finalizado con el mayor de los éxitos.
Hoy hemos recibido la respuesta correcta con la explicación pertinente, razón por la cual damos por clausurado dicho concurso.
Lamentamos haber dilatado el comienzo de esta espectacular gala; la razón fue muy simple: el escribano auditor de la empresa fabricante de golosinas que patrocina este evento, tuvo cierta dificultad en conectarse con la Academia Argentina de Letras para la confirmación in situ y ad hoc de la exactitud de la respuesta.
Pasamos ahora a pedirle al ganador exclusivo, don Álvaro de la Riestra y Berrotarán, que se acerque virtualmente al estrado para recibir su merecido premio.
Como bien se puede suponer, sin un gran trabajo de análisis concienzudo, el asombroso ganador es un pariente lejano mío. Es pariente, porque es uno de mis hermanos, y es lejano porque vive en Francia.

Asimismo, cabe suponer que supo la respuesta adecuada en virtud de que debemos, él y yo, haber tenido el mismo profesor de gramática en el Colegio. No encuentro otra solución probable puesto que la explicación del desafío planteado no la conoce prácticamente nadie.

Es como para prenderle fuego a toda la Internet cuando se consulta la etimología de algunas palabras en el Diccionario on-line de la Real Academia Española de la Lengua.
Ahora mismito les copio lo que dice sobre "conmigo". Miren, sino:


conmigo.

(Del lat. cum, con, y mecum, conmigo).

1. pron. person. Forma de la 1.ª persona, , precedida de la preposición con.



¿No es un asco total y campero? Si mecum significa conmigo, ¿cómo quedaría finalmente, según la etimología y la definición, la palabra buscada? ¿Sería algo tan estúpido como conconmigo?

¡No, amable audiencia!

Primero, enunciamos nuevamente, para no forzar la quietud de los lectores, el desafío planteado:

En relación a la última (expresión), con eso del "conmigo o sinmigo", me ha intrigado, desde ese momento hasta ahora, saber cuántas personas conocerán la razón de porqué dicha expresión de Iglesias fue, y es, errónea.

¿Qué porcentaje de la gente instruida, que reía a mandíbula batiente, sabía la causa de su risa estentórea?


Y, ahora, transcribimos la impactante y acertada respuesta que fuera agregada, cual si se tratara de algo simplón y rastrero, como comentario de pie de página del artículo respectivo "¿Qué te pasó, Herminio?":

Perdón por la demora; no había llegado hasta aquí. La idea del sorteo me parece muy divertida. Ahora doy la respuesta a 'conmigo-sinmigo'. Explicaré porqué es errónea. 'Conmigo' viene del latín = cum+me+cum. Aquí se ve claramente que la preposición 'cum' se repite. Es una redundancia: 'con+mí+con'. 'Mecum = migo'. Esta combinación y deformación se explican por el paso del tiempo y los cambios que se van introduciendo en el lenguaje. 'Sinmigo' = sin+mí-con. Esto deja de ser una redundancia; es una contradicción flagrante.
No hay mayores problemas con una redundancia, pero si esta contradicción fuera válida, entonces pasaría a ser un episodio más de los que se están tratando en este blog.

Disiento con don Álvaro en que éste "sería"; ya lo es, porque semejante brutalidá fue causa de una gracia tarada pues nadie sabía de qué se trataba.

Ya que estoy, agrego dos cosas:

1) "Mecum" se usa, como se conoce ampliamente, en "Vademecum". Vade = ven; mecum = con+mí.

2) La deformación de "mecum" en "migo", es similar a la de "Santiago". Este nombre también es una combinación y una deformación. Como lo escribió mi hermano: 'Santiago = Sanct Jacob'. La deformación es obvia.

Es interesante saber que las Biblias protestantes siempre ponen "Jacobo", y no Santiago, porque les parece una forma de discriminación.
¿Por qué van a decirle "santo" a este apóstol y omitírselo a todos los demás? Suena lógico, diría yo sin desvanecer por el esfuerzo.

Sigo con la ceremonia en el estrado, con la música propia de los carnavales cariocas y tangueros:

- don Álvaro, mayor tanto por edad como por volumen, aquí tiene su premio que, dada la trascendencia del evento, se duplicó, es decir, le son entregados dos caramelos, en vez de uno.

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Descarto que saben que esta marca es un palíndromo.

viernes, 19 de agosto de 2011

¡Bien de verte!

Sergio Lapegüe es un tipo de 46 años, conductor del canal de cable TN, perteneciente al grupo opositor Clarín.
¿Escribí bien, no? Cuando se refiere a Clarín, ¿siempre se dice "grupo opositor"? Son pocas las veces en que un adjetivo está indefectiblemente adosado al sustantivo, pero ésta debe ser una de esas veces; lo he visto así en ... ¡millones de ocasiones, coyunturas, circunstancias, momentos!
Bueno, el aspecto gramatical no importa, pues de una u otra manera se maneja igualmente el pensamiento del ciudadano.
Salta - Iglesia Catedral
La cuestión es que Sergio fue, a fines de Julio, un fin de semana a Salta, para participar de las jornadas finales del Concurso Universal de la Empanada, del cual era miembro del jurado, bajo juramento de no haberse comprometido de antemano a favorecer con su voto a algún participante, como indicaría la lógica de la corrupción contemporánea.

Doña Eulogia Ibáñez
Fue todo un éxito. La simpática negra Eulogia Ibáñez volvió a ser, por quincuagésima vez, la ganadora total y completa. Como a la mayoría de los negros, a doña Eulogia es imposible calcularle la edad; nació en 1811, o sea, hace dos centurias, y de ahí su arte fenomenal en la hechura y cocción de empanadas. ¡Qué viva, nadie puede contra tanto entrenamiento! No obstante, van a ella nuestras felicitaciones más abnegadas y amarillas.

Sergio, habiendo degustado las exquisitas empanadas de esta negra candombera como la mejor, tomó un taxi para regresar al hotel. Mientras andaban, debieron parar por la luz roja del semáforo. Al lado del auto en que iban, paró otro auto; ambos choferes se conocían. El que llevaba a Sergio le preguntó a su amigo:
Salta, la linda.

- "¿Qué tal, cómo andas?"

Su amigo le respondió, con ese cantito tan simpático:

- "¡Bien de verte!"

Siguieron sus respectivos caminos.


Sergio, que había escuchado con mucha atención el saludo que habían intercambiado los conductores, pensó que era una forma realmente afectuosa y positiva de salutación que bien podía desparramarse a lo largo y a lo ancho del país -frase política-, para curtir una mayor buena onda entre todos nosotros.





De regreso a Buenos Aires, Lapegüe comentó la anécdota por televisión, y nos invitó a todos para que la usáramos, con buena onda y el corazón en la mano.

¡¡ Buenas ondas !!
                                                                         

miércoles, 17 de agosto de 2011

¡Hola, qué tal! ¿Todo bien?

¡¡ NO, NO y NO !!

¿Cómo podés hacerme semejante pregunta
alevosamente pérfida? ¡Mal rayo te parta!

Está bien, puede ser que saludes de esta manera por costumbre social y no te hayas detenido a pensar todo lo que implica.
De entrada, es una pregunta que condiciona la respuesta. Si me preguntás Todo bien, ¿cómo hago para decirte que no, que no todo está bien?
Además, si me anticipás la respuesta, implica que, de verdad, te importa un pepino y medio, o quizás dos, cómo estoy en concreto.

Desde mí, suponiendo hiperbólica y mayestáticamente que no tenga ningún problema de salú natural en lo físico y en lo anímico, ¿puedo acaso responder Todo bien echando un vistazo alrededor y contemplar, al menos por una fracción de segundo, lo que está sucediendo?

Cada vez que me hacen esta pregunta, doy un respingo, domo un caballo, me arrojo del trapecio, vuelvo a donde estaba... Depende de quién sea el que me la formule, es decir, si tengo confianza suficiente como para responder con la verdad, digo que no está todo bien, añadiendo la explicación que escribí en el párrafo anterior; si es alguien apenas conocido, contestó Sí, ando bastante bien. O sea, de manera espasmódica sorteo y esquivo la respuesta maldita.

Un penoso ejemplo de esto fueron los disturbios que hubo en Diciembre, en Buenos Aires, en el Parque Indoamericano.

La pobreza que nos circunda es cada vez mayor. Tristemente me parece advertir que no hay una propuesta seria que intente solucionar este aspecto tan doloroso de un enorme porcentaje de nuestros conciudadanos. Entre los diversos motivos que cercenan mi esperanza, opino que no se puede resolver problema alguno cuando no se reconoce primero que el mismo existe.

A pesar de todo, son también muchas las cosas buenas que nos rodean.
Los vecinos afectuosos y solidarios, siempre dispuestos a dar una mano.
Los comerciantes honrados que no estafan a su clientela.
Parque de la Independencia
Rosario - Argentina
Aquellos que no transitan las calles como gallinas o gallos un tanto, y un poco  más, desaforados.
Los que, en definitiva, se esfuerzan todos los días por Honrar la Vida, como dice la excelente compositora de tangos contemporánea, doña Eladia Blázquez.

lunes, 15 de agosto de 2011

Generosidad bancaria extrema

Hace varios años ya, a un banco muy tradicional argentino, le tocó emitir dos tarjetas de crédito de alcance mundial y soberano impoluto.
La propaganda que hicieron o, al menos, la que vi, fue de simpáticos carteles callejeros, del tamaño y forma apaisada que tanto se acostumbraba en aquella época como ahora, esta época.
Casi me atrevería a decir que el texto de esa publicidad me enterneció. Con letras del tamaño adecuado para su fin, decía:

Comprá lo que querés, no lo que podés.

Nunca habría sospechado ni de lejos, y eso que soy confiado como los barriletes, que una entidad con muy claros y concretos fines de súper lujo, no, de súper lucro, pudiera prestar semejante servicio a la comunidad, de forma tan magnánima, sin distinciones de índole social, sin distinguir nada, para que los ciudadanos pudiéramos alcanzar nuestros sueños más recónditos, casi ya hasta olvidados en el popularizado cajón de los recuerdos.
Mi sueño nunca concretado era tener un helicóptero. En ese momento, y al conocer esta ayuda incondicional, supe que podría subir por los aires, volar con mucho donaire, y cantar, cantar un cántico eterno de agradecimiento y júbilo perennes porque, si se trata de redundar, la redundancia es lo mío.
¿Cuál podría ser mi preocupación? ¿Que no me dieran las cuotas necesarias? ¿Que éstas se indexaran a galope tendido? ¿Que mis ingresos no resultaran suficientes? ¿Que se me hirviera el agua para el mate?
Nada de esto, ¡gracias a las entidades financieras! Estaba en condiciones de adquirir la máquina voladora que era lo que ansiaba desde niño. Sí, claro que no tenía dinero, pero esas tarjetas se harían cargo de la diferencia, según rezaba el cartel. La letra chica decía que mi colaboración debía ser una moneda de $ 1.-
Me sentía exultante, recubierto por una pompa y un boato de jabón de tocador. Cuando ingresé al banco, tanto la pompa como el boato implosionaron, haciéndome puré de mandioca.
Ahora, sigo como entonces:
la casa, la calle, el río,
los árboles con sus hojas,
las ramas con sus nidos,
¿y el helicóptero?...
¡vaya uno saber a dónde está escondido!

sábado, 13 de agosto de 2011

Haga patria... ¡mate un jubilado o dos!

Una de las noches de 1994 que fui a comer a la casa de una de mis hermanas, mi cuñado se puso a mirar un programa televisivo donde se trataban temas de la realidad política del momento.
Estaba sentado en el comedor de diario, que tenía un arco iris hacia la cocina, donde mi hermana lavaba los platos. Por esto, con atención estereofónica no del todo amplificada, miraba el programa y charlaba con mi hermana.
Así, medio distraído paralelamente, escuché cómo un economista de renombre aseveraba sin pelos en la lengua ni vacilación estrepitosa: "Los jubilados son el 40% del gasto público". Me sonó raro pero no caí bien en la cuenta de porqué. Lo dijo dos veces, como para que a todos los habitantes del suelo argentino nos quedara claro.
Soy un hombre de a pie, calzado Nº 40. Con frecuencia, viajo en colectivo. Tres días más tarde de esa cascabeleante afirmación, iba en colectivo cuando, como un rayo que traspasó mi intelecto, recordé lo que dijo y exploté de la bronca: "¡Pero qué hijo de puta, cómo será de desfachatado y pétreo para decir un bolazo así de meteórico, y quedarse como si tal cosa!"
En dos oportunidades, fui "un gasto público": cuando trabajé en el Ministerio del Interior y en el Banco Provincial de Santa Fe.
Opino que no son dos gotas de agua las nociones de "gasto" y "egreso", pero no voy a disgregarme en distinciones sutiles cual velos de seda.
Sí me importa, en cambio, como el agua que respiro, traer a la luz del mediodía que, mientras fui empleado público, tanto la Nación como la Provincia pagaron el porcentaje de mi sueldo correspondiente para mi jubilación, haciéndome a mí los descuentos pertinentes con el mismo destino.
De haber seguido trabajando dócilmente en cualquiera de las dos reparticiones, al emprender el largo y sinuoso camino de la jubilación, automáticamente habría dejado de ser un gasto público.
Al partir hacia el ocaso, mi ingreso mensual habría procedido de la Caja de Jubilación o de la Administración Nacional de la Seguridad Social, conocida por la población como la ANSES, a donde supuestamente habían ido a parar los fondos tan preciosamente anticipados, tal la hormiga, que no la cigarra.
Me asqueaba y me asquea, como sapo muerto putrefacto y rehogado en cebolla, la gigantesca mentira del Sublime Economista. Si las Cajas de Jubilación, la ANSES o el organismo que corresponda, fueron despojados de todo recurso por desprolijidades sucesivas y, entonces, no queda otra alternativa que pagarles a los jubilados con dinero del Tesoro Público, eso no significa, ni aquí ni en la China, que esta opción se corresponda, con simetría falaz, a "gasto público".
Si yo, que de economía sé tanto como de zulú, me doy cuenta de esto, con más razón sinrazón ese reventado hijo de puta sabía que lo que estaba vomitando no tenía nada que ver con la realidad, realista o surrealista.
Por obra y gracia de las sudestadas, este descaro y esta falsía se prolongan hasta el día de hoy y, quizás, alcancen los últimos tiempos.
De ahí que, para sanear nuestra balanza de pagos y los fondos del Banco Central, no sea necesario dejar de robar por dos años, como sugirió Barrionuevo,  con elegante y profunda sensatez.
Es mucho más eficaz proceder, sistemática y exhaustivamente, a la matanza de los jubilosos jubilados en tropel; no a la bartola, para impedir que ninguno escape al filo de la guadaña o a la caricia de la guillotina.