martes, 9 de agosto de 2011

¡Pobre Aristóteles!

Me da mucha pena cada vez que me acuerdo de él. ¿Cómo se le habrá ocurrido la peregrina idea de decir, con soltura de odalisca, que el ser humano es un "animal racional"? Que es animal, ¡nadie lo duda! Pero... ¿racional?
¡Hmm, me suena de raro!
El Estagirita padecía un serio problema: no era judío ni sabía hebreo. Así, no pudo enterarse de la bonita historia de Adán y Eva. Ahí se advierte claramente que ya la primera pareja humana tenía una pequeña fisura, probablemente en el occipital, por donde drenaba con parsimonia ancestral el sentido común que Dios les había dado. ¿Cómo, si no, se explica que hayan perdido el Paraíso por comer una manzana deliciosa? ¡Una taradez tamaño Everest no poder dejar de lado la fruta del postre, por muy rica, muy prohibida, o lo que haya sido!
Como Aristóteles desconocía esta escaramuza primigenia, no pudo transmitírsela a sus sucesores. De esta manera, los humanos posteriores fueron impregnándose, en proporción geométrica, de la llamativa concepción de que somos re-inteligentes.
Tal la geología, tal la anatomía. Con el paso del tiempo, las fisuras de las piedras van agrandándose. Nuestra grieta craneal ha hecho lo mismo, y ya casi casi que no nos queda ni medio kilo de sentido común.
Es súper evidente que, dentro de este funerario panorama, hay gente privilegiada que ha conservado, desde tiempos tan remotos como la China, su capacidad intelectual.
Y es precisamente esta gente la que, sin decir esta boca es mía, nuestra o vuestra, siembra el desconcierto con proposiciones que no tienen la más mínima lógica, esto es, que son paralepípedamente absurdas.
Un agravante serio cual almanaque es la hiperabundancia de estímulos que nos impiden, a los ciudadanos comunes y corrientes, detenernos a analizar, aunque más no sea con una pizca de sal marina, las cosas con las que nos bombardean con ritmo de frenesí psicodélico.
Me queda claro que el presente y el porvenir son muy confusos. Más nos vale tratar de ser conscientes de esto porque, así, quizás podamos encontrarle la vuelta.

2 comentarios:

  1. Chiquito, otra vez estás exagerando. Hacé lo que quieras, es tu blog, pero no quieras que opine porque, de entrada, te digo que sos muy tajante.

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  2. Carliño entre a tu blog por primera vez, muy divertido e inteligente jaja. Besos.

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