lunes, 12 de marzo de 2012

Amigos son los amigos

Este artículo, entrada y comentario, es la natural continuación de aquel otro, ya publicado bajo el honroso título de "Invierno en verano", el 23 de Enero del corriente año. El video comentado en ese momento era una pauta publicitaria del afamado whisky Old Smuggler.

Si no tienen ganas de retroceder para releerla, de a poco, como con cuenta gotas, les voy diciendo que trataba de distinguir cualquier relación interpersonal como algo diferente de la amistad verdadera.

No obstante, empero y sin darnos demasiada cuenta, en las redes sociales se habla de los amigos como si estos endebles contactos fueran lazos fortalecidos con el paso de los años.

La propaganda del Viejo Contrabandista (Old Smuggler), que sabe más por viejo que por contrabandista, da algunos criterios elementales a partir de los cuales las amistades irreales se evanescen como polvo en el viento, tal como lo dije hará cosa de dos o tres artículos atrás, en relación a cualquier otra cosa.

Desde hace un tiempo, cuando una vez más se me prendió la bendita lamparita de bajo consumo, vengo afirmando que la verdadera amistad... ¡casi me olvido! ¡recuerden que la falsa amistad también es amistad!... tiene naturalmente tres soportes, pilares, pilotes, pilates, a saber a:

1) Libertad.
2) Respeto.
3) Amor.

A diferencia de otras relaciones interpersonales, no hay ninguna obligación para ser amigos. Para trabajar, en cambio y por ejemplo, hay condicionamientos previos; como mínimo, la necesidad de ganar dinero para seguir vivito y coleando.

En la amistad, en cambio, si hay condicionamientos previos, opino que se puede decir con rotundidad que eso es cualquier cosa menos amistad. Será una relación sado-masoquista, de dependencia, o lo que sea, pero no amistad.

Ya que estoy, copio la definición del Dic. de la Leng. Castell.:


amistad.

(Del lat. *amicĭtas, -ātispor amicitĭa, amistad).

1. f. Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.


Segundo pilar: respeto. Si entre los que se han convertido en amigos no existe un auténtico respeto, esa aparente amistad se dispersa, otra vez, como polvo en el viento.

Ya que me decidí a afirmar, afirmo que, sin respeto, no se puede dar un amor verdadero. Puedo respetar a alguien, y no amarlo; como ser, al gerente del banco. ¡Uy, como lo respeto! ¿Lo amo? ¡Ni ahí!

Por el contrario, no puedo amar a alguien si no lo respeto. Así de simple, así de comprobable en la vida cotidiana, así de difícil de poner en práctica con sinceridad de corazón.

Pancho Ibáñez
Esto puede parecer un cambio abrupto. No obstante, no lo es. Como decía Pancho Ibáñez, hace muchos años atrás en su programa "El Deporte & el Hombre": "Todo tiene que ver con todo". En aquella época me sucedió algo extraño: ese programa me gustaba a pesar de ser deportivo.


Paso a mirar la misma cuestión desde otra perspectiva y a partir de mi propia experiencia. El 4 de Enero del 2008 (no lo recuerdo, sino que es un dato que quedó registrado), abrí una cuenta en YouTube para buscar viejas canciones, imposibles de encontrar en este tiempo presente. Ya que estoy, les comento que encontré cosas muy buenas.

Hace unos meses, me di cuenta de que podía participar en una especie de foro, levemente diferente a los otros foros que he visto, escribiendo comentarios debajo de los videos.

Aquí, entonces, se conversa fundamentalmente sobre imágenes, compaginación, música, etc., de los tantos videos subidos y avenidos.

¡Qué amigo más verdadero...!
¡Qué duda cabe, YouTube también habla de "amigos" a mansalva"! Amigos, contactos, suscriptores, y demás, y demenos.

Como ya dije, esto me enferma. Me resulta reclaro, asimismo, que hay algunos que se desesperan por tener amigos, seguidores, admiradores, bufones y esto y aquello. Me crece una pregunta elemental: ¿para qué?

No alcanzo a imaginar cómo pueden creer que sus amigos son realmente esto que afirman. En fin.

But, sin embargo, nevertheless y empero, resulta que fui descubriendo a algunas personas con las que coincidía. De a poco, y con mis artimañas de escribir tonterías, fui conformando un vínculo especial, pero real.

Comencé con Steffi (alemana) quien, al principio, no entendía ni medio pepino lo que le decía. Es claro, porque escribo como si estuviera hablando en serio, y en ningún momento doy una mínima pista de que es en broma; ni siquiera pongo un simple "ja", o "ha!" (la forma de escribirlo en inglés).

Cuando Steffi se dio cuenta, le dimos rienda suelta y resuelta a nuestras imaginaciones disparatadas y, a partir de tanta cosa absurda, hemos estado divirtiéndonos a lo bestia.

De a poco, se integraron Ralf y Manuel (de Alemania) y Robert (de Puerto Rico). Hemos conformado un grupo de lo más entretenido y usamos, entonces, los canales de "conversación" de YouTube para divertirnos  como locos.

¿Qué tiene que ver la diversión de este grupo con la amistad? Pues precisamente eso. En este grupo específico, aunque no con todos de la misma manera, he sentido cómo se fueron y se van dando lazos de amistad en serio.

Como podrán imaginar, me resulta por demás extraño, pero lo siento de verdad. Y sigo: ¿cómo puedo ser de amigo de alguien a quien nunca vi en mi vida (y súper improbable que lo vea), de quien no tengo idea de nada y así?

Puesto que también usamos nuestros correos personales fuera de YouTube (Hotmail, un decir), quizás estemos experimentando lo que otrora se denominó: "amigo por correspondencia". Paulatinamente, estamos contándonos nuestros gustos, nuestros trabajos, nuestras familias, etc.

Como sea y para terminar, al menos con esta última parte, afirmo que no son amigos virtuales, sino amigos reales.

No se trata de seres etéreos, sino de personas de carne y hueso, con nombre y apellido. Destaco algo que ya dije: somos cinco, tan sólo cinco, no cinco millones trescientos seis mil setecientos dieciocho y medio.

Flor de la Amistad

No hay comentarios.:

Publicar un comentario