lunes, 16 de abril de 2012

¡La responsabilidad ya fue!

Y no me refiero a la impunidad, que no es un chiste, pero rebasa la finalidad de este artículo concreto.

Más bien estoy hablando de la irresponsabilidad casera, la de la persona común y corriente que actúa sin más ni más.

¿Recuerdan esa maravillosa expresión, instalada durante el Proceso, de "Yo, Argentino"? ¡¡ Maravillosamente psicodélica !!

Un amigo mío estaba viviendo en España. Un día hubo algún lío en el trabajo, razón por la cual se congregaron los empleados. Mi amigo expresó esta valiente expresión. Sus compañeros lo miraron sorprendidos; ¿a qué se refería con eso? Ya sabían que era argentino; lo que ignoraban, pobres madrileños, era el significado profundo, la vocación esotérica del principio subyacentemente lírico. O sea, a mí no me vengan con cosas extrañas porque no soy responsable de nada.

Hará cosa de dos años, o algo más, se instauró el ametrallado envío y reenvío de e-mails de lo más variados. Los que a mí más me subyugaban eran los que empezaban con una frase imparcial y petimetre del remitente: "Así como lo recibí, lo paso". Más claro, helado de chocolate. Es lo mismo que decir: Poncio Pilatos, comparado conmigo, tan sólo un poroto, o medio. Es decir, no me hago responsable en lo más mínimo del contenido de esto que estoy reenviando, no sé si soy claroscuro...

Pues bien, la cosa no es patrimonio exclusivo de nuestra Patria bien o mal amada. Un breve publicidad extranjera de lo foránea que es, nos retuerce el cerebro y las entrañas desde cualquier situación, pues se la puede ver en lugares de inveterada variedad: zapatillas, remeras, escaparates, cambalaches, pizzas de muzzarella, et cetera.


Queda mejor traducida en el castellano de España, la Madre Patria que lo p...

TAN SÓLO, ¡HAZLO!

Esta orden indiscutida e incuestionable, me halaga en lo más profundo de mí al invitarme, con gentileza de gendarme, a que actúe sin ningún tipo de reflexión, análisis de sangre, discernimiento ni nada.

Entonces yo, más propicio para la acción que un caracol, me lanzo a hacer a riestra y siniestra miles de cosas: burbujas de jabón, carne al horno con papas, jugar a la rayuela y/o.

Per favore, please, por favor, de rodillas lo pido: ¡No me hagáis pensar!

¿Y si después me duele la cabeza?

¿Tendré que ir a la piscina a nadar un rato, a tomar un cocktail de jamón y queso, o me quedo tranquilo en casa, mirando a través de la ventana al mundo real y virtual, de panderetas gentiles, gomerías eclécticas y botellas vacías?






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4 comentarios:

  1. Me quedo con el final: no pienses, mira TV.es demasiado "fuerte". Y porque será que e más cierto que un dogma?

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    1. Por simple comodidad. ¿Y si me duele la cabeza?

      ¿Ácido acetilsalicílico o lisérgico?

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    2. No lo había visto antes: apuntate al lisérgico, que te irá de pecau..........

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    3. En realidad, ya me está yendo. No me mido con el ácido; hay que darle y darle, ¡es fantástico!

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