lunes, 16 de julio de 2012

Otra dependencia nociva

No siempre las dependencias son nocivas. Por ej., dependo del aire; esto no sólo no es nocivo sino que, además, es indispensable, vital, excéntrico y una pila de cosas más.

No me parece necesario poner otros ejemplos porque, como decía mi abuela, especialmente a mí en mi calidad de nieto preferido (¿lo recuerdan?), "para muestra basta un botón". Qué más, qué menos.

En cambio, sí me parece necesario aclarar, por otro lado, que no todas las dependencias nocivas son de un tóxico, como el alcohol, las drogas, el cigarrillo, las mandarinas, el sexo, el juego, los tejados, etc.

Los "workaholics" dependen de su trabajo, que en sí mismo no es un tóxico "visible y tangible", pero sí agotador y hartante como cualquier otra adicción.

Hace unos días, un amigo me envió un texto que me resultó muy interesante, y válido para todos los seres humanos. Quiero compartirlo con ustedes, mis descontrolados lectores. Lo copio tal cual me llegó:

Algunos de nosotros hemos andado por la vida esperando inconscientemente que los otros nos traigan felicidad, que hagan realidad nuestros sueños, y que nos hagan sentir bien con nosotros mismos. Cuando nada parece estar funcionando bien para nosotros, le echamos la culpa a la falta de apoyo externo: no estamos en una relación seria, no nos gusta nuestro trabajo, no tenemos el dinero suficiente para emprender nuestro propio negocio.


Cuando cambiamos nuestra perspectiva, cuando conocemos y confiamos en que somos responsables de nuestra felicidad, nuestros sueños y nuestros sentimientos, nos volvemos poderosos. La carga deja de estar sobre alguien o algo que no es confiable o que no existe. Les hemos estado dando este poder a otros; ahora es tiempo de retomarlo, de hacernos y ser responsables de nuestras propias elecciones, valorar nuestras opiniones y respetar nuestro intelecto.

¡¡ LIBRE !!
Hoy me daré el crédito por todo de lo que soy capaz, en todos los aspectos de mi vida.

Del libro: "Desprendiéndose", por Karen Casanova.


Esta dependencia de otros no es fácil de superar. Menos aún porque tampoco resulta fácil darse cuenta de que la tenemos. Esto, no obstante, no es causa para que no  intentemos sacárnosla de encima.

Como señalé más arriba, es un texto al que adhiero sin ningún obstáculo; es sencillo de leer y muy difícil de practicar.

A pesar de esto, opino que es valioso intentarlo. En ciertos casos, por no decir la mayoría, es necesario intentarlo.

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4 comentarios:

  1. Mi querido escritor y querido lesctores,

    El punto de vista expuesto, me parece muy justo. Pero se basa en algo no tan fácil de entender. Que seamos responsables de nuestros sentimientos.
    Cuando alguien nos acarrea un mal grande, de manera aparentemente injusta, sin que hayamos hecho nada, como por ejemplo, siendo muy niños, nos maltratan de manera importante, el sentimiento de injusticia que tenemos, es poco constructivo, pero lógico. Cómo hacer para trasnformar ese sentimiento en algo positivo? En la psicología corriente, no encuentro bases suficientes. Y en los principios de las grandes religiones, tampoco. Qué poca libertad tiene un niño al que se lo maltrata! Y tantos son los niños maltratados, de una manera u otra...
    Este asunto se asemeja al de la libertad del hombre. Las grandes religiones insisten en que somos libres. Pero qué hacen de la herencia de rencor y hasta de maldad que algunos tienen?
    Si recibieron tan pocas cosas buenas, cómo pueden ser responsables de no lograr salir adelante?
    Una sola razón me parece poder responder correctamente. Ya lo hemos evocado varias veces.
    Creo que es cierto que somos libres, porque creo que el acto más importante de nuestra vida, el hecho de nacer en tal lugar, de tales padres y en tal momento histórico, es un acto elegido por nuestro espíritu, con mayor o menor éxito. El resultado de nuestra elección, más o menos positivo, está en relación a nuestros esfuerzos a lo largo de nuestra existencia global, existencia que va mucho más allá de la vida actual...
    Qué piensan?
    Un abrazo

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    1. Cuando escribí este artículo, pensé en lo que planteás porque lo hemos hablado anteriormente.
      No obstante, no lo mencioné porque es algo que, de ser así, no lo recuerdo en esta encarnación. En consecuencia, no me resulta "útil", en el buen sentido de la palabra, para mi vida cotidiana.
      Sólo puedo utilizarlo si vivo de acuerdo a esta noción. Para esto, es necesario que crea que es así.
      Las creencias, a mi parecer, no se demuestran; por esto mismo es que son materia de fe y no de conocimiento.
      Si de manera inversa, no creo que esto sea así, entonces es una concepción "inútil".
      Esto no lo escribo, ni remotamente, en tono peyorativo o despectivo. Ésta es la única forma que encuentro para plantearlo.
      Saludos.

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  2. Alvaro, tu elevación metafísica me vuelve loca!!!,
    Creo que Dios hace al hombre:único e irrepetible,y le dá lo mejor que El tiene; Libertad !!!, y el hombre (ancestralmente) la usa mal.
    Con una libertad herida, muy menguada...pero algo de libertad, el hombre hace lo que puede (aunque te reconozco que hay casos (!) que casi no puede nada.
    Este tema es para un tratado, no puedo seguirlo, por lo menos hoy, Yo te digo que intento estar al alcance de su Gracia, porque esa Gracia, ese regalo divino, es la que puede todo

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  3. Carlos, no he "menospreciado" tu comentario. Me centré en Alvaro, y eso agotó mi intelecto HOY.
    Ya seguiremos.

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