lunes, 6 de febrero de 2012

Atento el piojo: ¡ojo con el ojo!

¡Qué elegante que luzco!
¡Pensar es muy cansador! No me vengan con lo contrario porque... No, me equivoqué. No debo generalizar. ¡A  mí me cansa pensar! Pero me gusta. Miren mi foto; vestir de saco y corbata es lo habitual en mí, y la lamparita se me prende cada dos por tres. Pero (¡me encantan los "peros"!), es como si no pudiera dejar de pensar.

Por eso, cada vez que puedo, pongo la mente en blanco, como me sugiere mi hermana. La objeción a esto es que nunca puedo ni debo ni quiero ni. A cada cual lo que le toca.

Estaba en algún punto espacio-temporal buscando algún tema para escribir en el blog, y no se me ocurría nada. De repente, se me dio por mirar dentro de mi propia cabeza. La destapé y... ¡me encontré con un cúmulo de cosas que o me conmovieron o me asustaron!, todavía no lo sé.

Caldero mental
Alcancé a ver restos de la Caja de Pandora junto al Arcón de los Recuerdos, el Desván de los Cachivaches, la Papelera de la Biblioteca, y un montón de cosas más boyando en una especie de caldo. Ya antes de levantar la tapa, me pareció escuchar una suerte de hervor suave, a fuego lento. Al retirarla, comprobé que la temperatura era mayor de la usual. Enseguida me di cuenta de la causa: mi imaginación calenturienta le aportaba su calor a la olla y, ahí dentro, se estaba cocinando de todo.

Me encontré con un surtido variado de recuerdos inútiles e intrascendentes; por ejemplo, ¿para qué sirve recordar que el lunes 16 de Julio de 1973 nevó en Rosario, alrededor de la 1 y cuarto de la tarde? Que yo sepa, es un recuerdo al cuete total.

Otros recuerdos, en cambio, han sido y son muy positivos porque me han servido y me sirven para cambiar cosas de mí mismo y colaborar en el cambio de otras personas.

Como la cocina científica no descarta los utensilios tradicionales, me fui rajando a la Casa Tía, compré una cuchara de madera, y volví para revolver ese menjunje.

Sequoia gigante
En eso estaba, cuando vi una plancha de hojalata que sea la hoja, que tenía grabada una leyenda. La arrimé hasta el borde. Busqué un pedazo de sábana vieja y, con ambas cosas, la saqué volando, y la tiré al piso; no tenía previsto, además, quemarme las manos.

Llevé la dichosa plancha a la pileta, la lavé como pude (estaba muy oxidada) y me fue posible leer, de a saltos, lo que tenía grabado: "Es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio".

Me dio la impresión de que era una cita evangélica. Arrimé una silla, y me senté. Esto fue hace dos días. No se me ocurre nada, nada de nada para comentar en mi blog. ¡Es difícil ver la paja en el ojo ajeno cuando la viga que tengo en el mío parece una sequoia! ¿Puede mi orgullo llegar a tanto? Quizás.



Algunos amigos míos dicen que hay cosas que se pueden cambiar. Podría ser bueno, para todos, que intentemos mejorar aunque más no sea un poco y, siendo un cachito más humildes, ver las innumerables personas y cosas excelentes que hay a nuestro alrededor.

Mientras tanto, podemos tranquilizar nuestros espíritus en este mundo atribulado, contemplando los bellos, sedantes paisajes del transcurrir lento y pausado del Paraná.

5 comentarios:

  1. Ves?, super bueno. Vale la pena, (a pesar de que hoy el calor lo hace casi imposible), cambiar algunas cosas que no están "del todo bien". Es un artículo positivo.

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    1. Hola, Raquel:
      Opino que todos los artículos de este blog son "positivos" porque, cuando critico algo condenándolo, el fin es positivo, al intentar que el lector caiga en la cuenta de las innumerables trampas que nos rodean por doquier.
      Muchas veces digo que no estoy en contra de nada, sino a favor de algo. En este caso, de la salud mental y el equilibrio emocional ante una sociedad de soledad y espanto.
      Cae de maduro que si apoyás algo con fervor, de rebote estés en contra de lo opuesto con fervor. No obstante, la perspectiva es diferente.
      Hasta pronto.

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  2. Lo decís vos mismo : nunca puedo, ni quiero!!!! Ahí está el truco. Lo peor es NO QUERER. Contra eso, no hay nada que hacer, puesto que en general, NO SE VE. Y seguimos quejándonos, sin darnos cuenta de TODO LO QUE PODEMOS HACER, Y NO HACEMOS. Dicen que la realidad que nos rodea, depende EXCLUSIVAMENTE de nosotros. No es fácil de aceptar, pero creo que es muy cierto. Es tanto más fácil pensar que la culpa es de otros. Todo lo que nos ocurre, lo hemos generado nosotros.
    Claro que es una afirmación que necesita un contexto. Dicho así, puede sonar falso. Depende de con qué lo ates.
    Por ejemplo, el acto mismo de haber nacido en donde nacimos. Si no tenemos nada que ver con eso, lo más importante que NUNCA pueda habernos pasado, en qué seremos responsables de lo que nos pase después. Para mí, en NADA. Lo bueno es que SI SOMOS RESPONSABLES de nuestro nacimiento. Por eso somos responsables des resto. De lo contrario, no veo cómo podríamos ser responsables de nada. Es demasiado simple decir que con los años, nos volvemos responsables. Que elejimos. Es una manera demasiado estrecha de ver las cosas. Si yo no soy responsable de mi caracter, de mi temperamento, de mis primeras experiencias vitales (y fundamentales), en qué puedo ser responsable de lo que sigua.
    Raquel tiene mucha razón en decir que "vale la pena cambiar algunas cosas que no están del todo bien". Es lo que hacemos la mayoría. Creo. Los que no lo hacen, debe ser por un sufrimiento muy grande, que les obstruye completamente el razonamiento. Como la noche es necesaria al día, el mal es necesario al bien. Por lo menos es lo que se dice. Siempre me costó un poco aceptar esa idea, pero debe ser por deficiencia filosófica mía.
    Segiuimos otro día?
    Todo el calor que hace en este momento en Argentina, se lo deben haber llevado de aquí, Francia. Hace un frío de los mil diablos (sabían que hay un infierno del calor, y uno del frío? Así dicen y dicen que es peor).
    Dentro de tus recuerdos, se te escapó que el día en que nevó en Rosario, se cumplían casi 3 meses que uno de tus hermanos se había ido a Europa. La Vida hizo que se le ocurriera no volver y quedarse a vivir allá. Mucha alegría y mucha pena surgieron de esa decisión. Así es la Vida.

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    1. Hola, Álvaro:
      Gracias por tu comentario. Hay cosas en las que no estoy de acuerdo. Justamente una de las posibilidades que nos da el blog es poder plantear posturas diferentes sin ofender a nadie o sin que nadie se sienta ofendido.
      Como no puedo responderte el comentario paso a paso, me alegra en que coincidamos que la realidad circundante es pasible de ser mejorada, aunque más no sea un poco.
      Hasta pronto.

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  3. Google me trajo hasta aqui buscando el origen de la expresión "ojo al piojo". Una bestia google

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