lunes, 27 de febrero de 2012

Improvisación imprevista

Atento el amable lector, y no confunda en su buena fe lo que escribí en el título. No es una de esas tonterías que escriben algunos que yo me sé, como "la verdad verdadera".

"Improvisación I"

Aquí, claramente, dice "improvisación" - "imprevista". Si bien es cierto que ambas palabras están etimológicamente conectadas a lo lejos y hace tiempo, no guardan una relación estrecha entre sí.

"Previsión"
¿Puede una "improvisación" no ser "imprevista"? ¡Por supuesto! Ejemplo: en un recital de jazz, los diferentes músicos deciden que, a mediados del mismo, van a juntarse todos para realizar una improvisación; sin haberse puesto de acuerdo en nada excepto en hacerla (previsión), se ponen a tocar (improvisación) y el resultado es... ¡¡ genial, brutal y fantasmagórico !!


"Improvisación II"
Por otro lado, en estos días estamos viviendo nacionalmente de improvisación en improvisación como si nada. Y éste es el punto peor: los habitantes comunes y corrientes no reaccionamos como deberíamos. Nos recubre un letargo enfermizo originado en...

Empero, no se confunda nadie, no, con esto de que la improvisación recién comienza. Tenemos miles de ejemplos en nuestra historia nacional y popular.

Voy a referirme a una improvisación que está totalmente a la vista. ¿Será por eso mismo que nadie dice nada o ni siquiera se da cuenta?

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Banco de Santa Fe - Casa Rosario

Como puse al pie de la foto, ésta corresponde a la Casa Central Rosario del que fuera Banco Provincial de Santa Fe, otrora orgullo de nuestra Provincia.

Este edificio fue proyectado por el Arq. Emilio Maisonnave. Para su construcción, no se escatimaron en nada los materiales, de una nobleza sin comparación. El proyecto, grandilocuente, fue llevado a cabo con una esmerada técnica constructiva, por una mano de obra altamente calificada.

Es una pena que, en la actualidad, no pueda apreciarse lo que fue esta sede del Banco en todo su esplendor.

Nota aluvional: El Banco Provincial de Santa Fe fue el único banco en el Mundo en tener dos Casas Centrales. Para mí éste fue un milagro en conjunto de las Vírgenes de Guadalupe y del Rosario, para evitar la escisión de la Provincia Invencible. Curiosamente, después dejó de tener casa "central". Historia peculiar.


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La parte anecdótica no es cierta; tan sólo me divierte escribir de esta manera.

A principios de este mes, vino a Rosario de visita, por primera vez, un primo hermano residente en Catamarca, de nombre Juliano. Somos parientes por parte de mi madre.

Se hospedó en casa. Como es natural, nos conocemos desde antes de nacer, habiéndonos encontrado repetidas veces en Buenos Aires y en Córdoba. Nunca se me ocurrió preguntarle porqué se había ido a vivir a San Fernando del Valle de Catamarca.

Hace dos lunes atrás, más precisamente el 13 de Febrero, me preguntó cómo hacía para ir caminando a pasear por el Centro. Un día maravilloso: en un cielo azul profundo, un sol calcinante resquebrajaba la tierra hendiéndola como minería a cielo abierto; la sensación térmica era sólo de 40ºC; y la humedad relativa arañaba el 100% sin alcanzarlo. Asimismo, la hora no podría haber sido más acertada: el mediodía.

Juliano se puso su túnica de salida, las sandalias lustrosas, y se fue silbando bajito. No me pregunten porqué no silbaba "altito" pues se los expliqué montones de veces... ¡y se trata de un pariente!

Cuando llegó a la esquina de San Martín y Santa Fe, en pleno centro de la ciudad, lo subyugó la tranquilidad de los transeúntes, el silbo de los pájaros en algún lugar cercano, el resonar cantarino de las herraduras de los caballos sobre el empedrado, etc. Experimentó una suerte de fascinación.

"Señor elegante"
Miró hacia el edificio del Banco Nunca Bien Ponderado, y vio a un señor muy elegante, vestido con levita verde. Hieráticamente erguido, en actitud indubitable, como quien tiene autoridad, señalaba el suelo con énfasis fundacionales.

¿Por qué tendrá la mano izquierda tan grande?, se preguntó este pariente extrañado. ¿Será de tanto tenerla hacia abajo?

Mi primo lo miró por un rato y, al notar que este gentil señor ni siquiera pestañeaba, se acercó para preguntarle quién era. En una especie de falta total de cortesía, el buen hombre no le respondió.

Juliano siguió mirando por ahí, y advirtió que al costado izquierdo de ese proscenio marmolado, había una leyenda tallada en la piedra viva o muerta. No constaba el dato.


Mi pariente pensó que esa leyenda habría sido escrita en una laguna y que, muy probablemente, la parte central se hubiese hundido en el miasma primordial.

Según me contó luego, en dicha leyenda constaba lo siguiente:

EL BANCO___________________________DIRECTOR GENERAL
                                                                                   (no recordaba las fechas)
Y PRIMER___________________________________DEL ALISAL

Juliano, al toque, se dijo: "En mi época, se decía 'celusal'. ¡Cómo ha cambiado todo!"

Y nuevamente silbando bajito, se fue para el lado del Monumento a la Bandera.

Cuando volvió a casa, todavía levemente extrañado, me contó lo que había experimentado. Fue mi turno extrañarme por la extrañeza de este pariente extraño.

Después de haberse bañado, vino a tomar mate conmigo a la cocina. Aproveché para decirle:

- "Lo que viste, Juliano, es tal cual me lo contaste. Lo que no es del todo acertada es tu apreciación de lo que viste".

Con parsimonia ancestral, me dispuse a contarle lo que en efecto había observado y cómo esto había ocurrido.

Moneda corriente con
respaldo del Banco.
En 1974 se cumplieron los 100 años de la fundación del Banco Provincial. Por esta razón el Banco, al que económica y financieramente le estaba yendo superlativamente bien, decidió hacer varias celebraciones.

Hubo dos cuestiones importantes para los que dejábamos nuestras vidas allí, día a día. Nos dieron un mes de sueldo extra, más allá del aguinaldo, claro está. También nos dieron una medalla con el escudo de la Provincia y el nombre de cada uno de nosotros grabado al dorso. No tengo ni la más remota idea de cuántos empleados podíamos haber habido en ese año; para tener una remota idea, puedo contar que, en la Casa Central Rosario, éramos casi mil los que nos desempeñábamos.

Lo que más sobresalió fue la entronización de la estatua de un personaje de gran trascendencia en nuestra provincia.

El Banco le encargó al escultor  Eduardo Barnes, de prominente trayectoria en la ciudad, la fundición en bronce de la estatua referida. Y en la base de mármol, la que Juliano llamó "proscenio marmolado", había una leyenda tallada, en el costado paralelo a la calle Santa Fe.

La misteriosa y esotérica leyenda decía: "El Banco Provincial de Santa Fe a su Fundador y Primer Presidente, don Carlos Casado del Alisal".

Esta simple frase manifestaba lo que realmente había sucedido. En 1874, siendo gobernador de la provincia don Servando Bayo, Carlos Casado tuvo la feliz ocurrencia de fundar este banco, tal cual lo recordaban las actualmente incomprensibles palabras esculpidas en el mármol.



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Primera improvisación imprevista:

Aquéllos que tuvieron la iniciativa de hacer este monumento, no repararon en que no era políticamente correcto que un señor particular, ajeno formalmente a cualquier función pública en alguna institución de gobierno de esos años, llevara a cabo un acto de tanta trascendencia provincial como éste.

Segunda improvisación imprevista:

Tuvieron, entonces, la genial idea de sacar la palabra "fundador" y reemplazarla por "director general" y los años de ese mandato, que es lo que no recuerdo ni alcanzo a ver en la foto.

Esto produce una inversión en la predominancia de las funciones. Sin lugar a ninguna duda, es más importante "fundador" que "primer presidente", por lo que la frase original, a pesar de ser errónea, había sido bien redactada. Ahora, en cambio, la leyenda decía "director general" y "primer presidente", siendo lo segundo más importante que lo primero, cargos que quedaban, entonces, enunciados al revés de lo que correspondía.

Tercera improvisación imprevista:

Vaya uno a saber quién, luego de que el Banco fuera privatizado, tuvo otra feliz ocurrencia: borrar parcialmente de la existencia a Carlos Casado, destacado español radicado en nuestra provincia.

Esta modificación reviste una torpeza digna de ser ponderada, como mínimo, con un decreto municipal.

Ni siquiera pensaron en reemplazar todo el mármol; dejaron, para mayor desconcierto del pueblo, una parte, que le llamó la atención a mi primo Juliano; y que podrá anonadar a cualquier persona que pase por ahí y preste un mínimo de atención.

INSENSATEZ

Nuestra ciudad, por lo reciente de su fundación, tiene una escasa trayectoria desde el punto de vista histórico.

Con estas improvisaciones tan, pero tan imprevistas, los imbéciles nos han arrebatado un trozo más de nuestra historia, dejándonos cada vez más huérfanos e "improvisados", como si ésta fuera la realidad real.

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"Improvisación III"

2 comentarios:

  1. Excelente. Qué bien lo habrá pasado Juliano en Rosario.....!!!
    Y, ahora en serio, lamento tanta "estupidez " que nos deja sin la poca historia que tenemos.

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    1. Todo es disparatado en este asunto. Sé por lo menos dos horripilancias similares pero no tengo las fotos. Veré cómo conseguirlas.

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