lunes, 13 de febrero de 2012

Nostalgiosa llevo el alma...

Hacía un rartito nomás que había empezado la primavera torrencial. Una amiga mía me envió, por mail, el enlace para acceder al artículo que transcribo a continuación, agradeciendo la generosidad de uno de los sobresalientes fundadores del GONAP (Grupo Opositor, Nacional y Popular), conocido desde el Diluvio como diario La Nación, que gentilmente me lo cediera, sin ningún tipo de autorización excepto mi propio caradurismo, para publicar en el blog.

No me cabe ninguna duda de que los adolescentes a los que se refiere son los de clase media para arriba. Este artículo no se aplica a ninguno de los seres humanos que están en la pobreza; menos aún a aquéllos que se encuentran directamente en la miseria.

Asimismo, este artículo hace una referencia tangencial a la cuestión "adolescencia", centrando más su contenido en la pertinente o impertinente añoranza del pasado e ítems relacionados. En esto me resultó interesante por lo que, sin más adornos ni preámbulos, se los dejo para que lo lean, si les viene en gana, más que obvio.

Está en cada uno ver si tiene, o no, relación con el Absurdo, en un sentido amplísimo de cualquiera de ambos conceptos.

===============================================

lanacion.com | Las noticias que importan y los temas que interesanDomingo 25 de Septiembre de 2011


La nostalgia y su contrapunto


Por Enrique Valiente Noailles | La Nación

En una interesante conferencia que dio hace poco en la Academia Francesa, Michel Serres aludía al cambio sideral que se ha producido en las nuevas generaciones respecto de las inmediatamente anteriores, en todos los órdenes. En ella da cuenta del inmenso cambio de la relación de los nuevos adolescentes -que hay que educar- con el mundo: la relación con la naturaleza, la esperanza de vida, la sexualidad. Este hombre no ha sufrido la guerra, el hambre, la rusticidad, y no conoce, no integra ni sintetiza el mundo como sus antecesores.

Todo ha cambiado. Sin que casi lo hayamos percibido, un nuevo ser humano ha nacido desde la Segunda Guerra Mundial. Uno podría coincidir con la descripción de Serres y agregar que espíritus épicos como los de un Nikos Kazantzakis o un Hermann Hesse ya no son casi posibles en esta era, cuyo formato va sacrificando la profundidad a favor de lo episódico.

Sin embargo, también podemos preguntarnos, como contrapunto: ¿cuán válida es la nostalgia que evoca el planteo? ¿Habremos de considerar la nueva situación como una pérdida o como un desafío de otro orden?
Porque, si bien existe la tentación de comprender la historia, y muchas veces la propia vida, a la luz de "todo tiempo pasado fue mejor", de alguna Edad de Oro que hemos dejado atrás, de un paraíso perdido, otra posibilidad es comprenderla como secuencias que no pueden ser colocadas sobre una misma escala, y que no pueden ser comparadas entre sí, al estilo de las rupturas paradigmáticas que enunciaba Thomas Kuhn.

Nietzsche
En realidad, cada vez, no se trata sólo de un nuevo hombre, sino de un nuevo mundo. En este sentido, hay una cita de Nietzsche que dice: "No es verdad que el fin inconsciente, en la evolución del ser consciente (animal, hombre, especie humana), sea la dicha máxima. Hay más bien, en cada etapa de la evolución, una dicha específica e incomparable, ni superior ni inferior, simplemente singular, a buscar y a conquistar".
Uno podría pensar, en esta línea, que en cada época histórica -así como en la niñez, juventud, adultez y vejez- hay una perfección propia, que no es comparable ni colocable en la misma escala con etapas anteriores, y que esa perfección es la que uno debe intentar buscar y conquistar, no la añoranza de lo que ya no está a mano.

En esta lectura de las cosas, las secuencias de una vida o de una época tienen un sentido propio que debe ser encontrado dentro de cada una de ellas, nunca por oposición a otra. No habría así una evolución para la dicha, sino su reedición bajo nuevos formatos.

Para esta lectura, la nostalgia es un termómetro que señala cuánto nos falta para encontrar sentido en lo que hoy vivimos, tanto o más que un dato de valor sobre lo que ha ocurrido en otro momento. Cada uno puede elegir: la nostalgia es protectora, hasta cierto punto, porque se aferra a un sentido preciso, aunque yazca en el pasado. Su contrapunto, en cambio, se encuentra a la intemperie del sentido, pero no padece la tristeza de lo que ya no está.


===============================================



2 comentarios:

  1. Hola Carlos María !

    Con el interés, la alegría y el asombro, he leído aquí y yo estoy encantado.

    Usted escribe las palabras con una mirada crítica, una pizca de ironía y me fascinan, así que he perdido la noción del tiempo.
    Me encantaría hablar, pero mis conocimientos de idiomas carecen de tristeza. Para comunicarse en alemán, que iba a funcionar.
    De todos modos, fue un placer estar aquí -. Muchas gracias.

    Citas de Friedrich Nietzsche:
    "La esperanza es el arco iris a través del arroyo que desciende de la vida."
    "El deseo de amor recíproco no es el deseo del amor, sino de la vanidad."

    Les deseo alegría, felicidad, amor, éxito, paz y todo lo que hace que la vida valga la pena y hermoso.

    Con un cordial saludo
    de Austria
    después de a Rosario, Argentina

    Ingrid

    ResponderBorrar
  2. Me gustaría contestar largo y tendido, al artículo y a Ingrid.
    En principio creo que los cambios han sido inmensos, también para la gente de la pobreza miserable, pero hoy, ayer y mañana el hombre sigue siendo esencialmente el mismo, con muy distintas circunstancias (hay que admitirlo), pero esencialemente el mismo: necesitado de afecto, de comprensión, de algunas certezas a las cuales aferrarse, y fundamentalmente con una dirección a la trascendencia, por eso la negación de la muerte (por ej.)........no nos podemos morir(!), hemos sido creados para siempre....!!!!
    lo siento no puedo seguir, quizás mañana. Un abrazo

    ResponderBorrar