miércoles, 12 de febrero de 2014

Para taradas y tarados


¡¡ Chicos, chicos, no se pierdan estas dos propagandas: ¡están cantidá! !!

Como siempre, mírenlas con mucha, muchísima atención.







¡¡ SON GENIALES, ¿NO? !!


Me conmueve profundamente lo que la chica, la que está en off, dice con tanto énfasis y glamour.

La profundidad ontológicamente superficial marea incluso a los más versados televidentes.

Lo curioso es que en los dos comerciales el texto no varía ni el más mínimo ápice o Columna de Trajano. Es claro, no todos los días se redactan cosas de esta in-jundia y valentía.

Destaco la frase sublime sobre la que pivotea nuestro devenir todo:

"Ahora, tu apetito lo controlás vos."


No deben asumir, no, que con estos chicles o con una milanesa con fritas, siem-pre el apetito lo controla el que lo siente, ¡claro que no!

Sin embargo, no obstante, empero y otrosí digo, tengo la leve sospecha de que quieren hacernos creer que, súbitamente, nos hemos vuelto los protagonistas de nuestras vidas, y que Elea se desvive por ayudarnos.

Hay millones de propagandas que hacen hincapié en la individualidad del destina-tario, consumidor distraído, melancólico y romántico.

La más vieja que recuerdo es una de Pepsi, para un micro de música por radio. Decía:

"Y ahora los cinco minutos de música que Pepsi eligió pensando en vos."

¿Cómo dudar que mi gran amiga Pepsi, de internacionalidad internacional, es más amiga mía que yo mismo?


Estos mensajes no son absurdos ni perversos ni nada. Simplemente han sido pensados para taradas y tarados que pueden llegar a creérselos sin darse cuen-ta de la fabulosa imbecilidad que implican.

DETALLE ABISMAL QUE REVERENCIO Y UNTO:

¿Advirtieron que los tres alimentos que esquiva el muchacho son distintos de los tres que previa y suspicazmente esquiva la chica?

Semejante detalle de creatividad pitagórica me dejó sumergido en una miasma agridulce de bajas calorías que me sofoca en las tardes de invierno.


Por último, destaco que los expectantes realizadores de estas dos maravillas pi-ramidales de la publicidad quedaron, al finalizarlas, en un estado tal de surmena-ge que tuvieron que ser hospitalizados. Aún no han podido darles el alta.


ADVERTENCIA PÓSTUMA

Puse las dos versiones para que ningún mal pensado/a crea que el laboratorio es sexista. En cuestiones de peso, en principio los discriminados serían los hombres.

Bien, aquí tienen una clara prueba de que no es éste el caso.

===============================================================


4 comentarios:

  1. Realmente consiguieron su objetivo. Pensé en comprarme esos chicles !!. No es tan idiota (!) pero elea no me da suficiente confianza..

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¿Querés que los fabrique yo y entonces tenés a alguien cerca para controlar tu apetito?

      Borrar
  2. Lo mas interesante es la leyenda que aparece al final de la publicidad, dejando en claro que el chicle no ejerce ningún efecto. "No existen soluciones mágicas. Comer sano para vivir mejor es una decisión que depende de vos", entonces ¿para qué tendría que comerme ese chicle?. Al final, me parece, nos creen mas tarados de lo que pensamos.
    Te dejo esta canción, que todo este asunto me la trajo a la memoria.

    http://www.youtube.com/watch?v=HqxVFFUzSrA

    (capaz tengas que copiar la dirección para verlo)
    Un abrazo muy grande. Rosario Hintze

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Tenés razón y, aclaro, no había advertido que esa última frase es el colofón caleidoscópico que este comercial necesitaba casi casi con desesperación. ¡Menos mal que la pusieron!
      Además, querida Rosi, te agradezco haber incrementado mi acervo cultural con la magnífica canción cuyo link me enviaste.
      ¿Sabés qué? Ahora sí que no paro de... ¡¡ comer chicles !!

      Borrar